Hay quien dice que este anuncio es un buen reflejo de la sociedad española y quizá tenga razón. Se lleva mucho lo de verlo como gracietas y se enaltece a los que llevan a cabo triquiñuelas, timos y hurtos, dejando como pringados a quienes los sufren. Así que no me extraña que un padre ceda a que su hijo apellidado Manzano haga de árbol en la función escolar (olé sus cojones) o que una adolescente gótica acepte ponerse un vestido rosita, todo a cambio de jamón. Igual es que el jamón es ibérico y aceptan el soborno por eso, a lo mejor si fuera un jamón normal esto no pasaba. a ver si el jamón éste es buenísimo y algún día me vienen con el soborno y tengo que tragarme mis palabras...